MANUEL SORTO: «LA MASACUATA FUE MI GRUPO LITERARIO.» Tercera y última entrega.

Manuel Sorto. Foto: Marie Helene Daubagna.

Aquí les traemos, amables lectores, la tercera y última entrega de la entrevista a este polifacético artista salvadoreño, Manuel Sorto.

En esta publicación encontrarán  algunas  fotografías «históricas», por los personajes que aparecen con Manuel y algunas son inéditas, hasta ahora, como por ejemplo la de La Masacuata o la donde Manuel está con Miguel Mármol, Armando Herrera y Baltazar Polío. Además nos gustaría decir que en las entregas anteriores  había también  otras fotos  similares y por primera vez publicadas, como en la que Manuel aparece junto a la gran poeta Claudia Lars, por mencionar alguna.

Queremos asimismo decir públicamente a Manuel Sorto que le estamos eternamente agradecidos por la colaboración, el tiempo y la amabilidad que nos brindó.

Gracias por todo, Manuel.

Érika Valencia-Perdomo

Óscar Perdomo León

Para los que no hayan leído la primera y la segunda parte de esta entrevista, las podrán hallar siguiendo estos enlaces:
MANUEL SORTO, cine, danza, pintura y escritura de un sensuntepecano. Primera entrega.
MANUEL SORTO: “MI PADRE ME QUERÍA MILITAR Y ABOGADO”. Continuación de la entrevista. Segunda entrega.
Manuel Sorto, a la edad de más o menos 3 años, junto a  su madre,María Inés Moreno Navarrete.

Érika y Óscar: Si se diera la oportunidad ¿regresarías a El Salvador?

Manuel Sorto: Claro que sí. Creo que puedo ser más útil allá que aquí.

Érika y Óscar: Y en 1980, cuando te avisaron que tu vida estaba en peligro y te tuviste que ir  al exilio, ¿cómo viviste esos momentos y por qué te fuiste precisamente a México?

Manuel Sorto: No recuerdo como los viví. Todo fue muy rápido. Y había que ser eficaz. Uno se había acostumbrado a convivir con el terror, el terrorismo de estado. Salías hacia el trabajo y no sabías si regresarías a tu casa. Antes de dormirte, no sabías si amanecerías en tu cama. El músico Carlos Aragón, Tamba, el creador de El Planeta de los Cerdos, y que era Jefe de las Fuerzas Especiales de las FPL, llegó a avisarme que sus servicios de inteligencia sabían que la “animala” venía por mí. Que debía irme inmediatamente, mínimo a México, que pronto se fundaría el FDR y que era una estructura para gente como yo. Que debía irme a buscar unos billetes de avión para Lynn y para mí, e irnos, ¡pero ya! Que le avisara a Guillermo Escalón y a Marie Noëlle Fontan, su mujer y su hijo Sebastián. Recuerdo que recalcó lo de Sebastián. Además, Marie Noëlle estaba en cinta como de siete meses. Alba Marina nacería en México. Había que pensar, tomar decisiones y actuar. En cuestión de horas. Cada segundo contaba. Pasamos con Lynn donde Guillermo a avisarle. Luego nos fuimos a una agencia de viajes donde conseguimos lugar para el día siguiente. Por ese tiempo yo trabajaba con Actoteatro, con quienes trabajaba en Las Brujas de Salem de Arthur Miller y que dirigía Roberto Salomón. Yo interpretaba Próctor, un personaje que amaba mucho. Así que al regreso de la agencia de viajes pasé a Actoteatro y me enteré que había sido cateado, solo encontré a Naara Salomón, la mujer de Roberto, y le avisé que me iba. Eran días terribles. Roberto Castellanos (primo de Horacio) y su mujer Annette, danesa, venían de ser asesinados. Recuerdo que Guillermo montó “guardia” junto a sus féretros en el Auditorio de Derecho de la Universidad Nacional. A la señora que trabajaba con nosotros dos o tres día por semana, su marido, un obrero textil, estaba desaparecido desde hacía unos días. Le dejamos lo que pudimos como adelanto, dos o tres meses de salario, y ella me ayudó a limpiar y llevar a la basura lo que no podíamos quemar, libros o documentos que podrían ser comprometedores para quien fuera. Le hablé a Cristy, mi hermana, y Carlos Peraza, su marido, el músico, para que pasaran por mi casa al día siguiente, antes de irme.  Armamos una valija para cada uno y nos fuimos.  A ella le dejamos las llaves de la casa y las llaves del carro de Lynn. Mi hermana se encargaría de mis cosas y de entregar las llaves a la propietaria. Me faltaba corregir las últimas galeras de “Operación Amor” que ya estaba en prensa, pero ni modo. Así se va, no es grave, me dijo Armando Herrera por teléfono. Me fui a México no sólo porque lo sugiriera (o lo ordenara) Carlos (Tamba) Aragón, también porque había vivido ahí entre 1971  y 1972 y tenía algunos conocidos. Y porque rodando “Las Historias Prohibidas de Pulgarcito”, había conocido a Paul Leduc y otros cineastas mexicanos. Por otra parte era el país más cercano donde podía encontrar equipo para editar el material que habíamos filmado entre 1979 y los inicios del ´80. De ahí salieron “La Zona Intertidal”, “Morazán” y “Una canción”, un corto documental poco conocido.

Érika y Óscar: En 1971 publicaste “Las cabezas infinitas, Selección de 7 jóvenes poetas” (Ricardo Lindo, Roberto Monterrosa, Mauricio Marquina, Ricardo Castrorrivas, Eduardo Sancho, Ricardo Humano y Manuel Sorto). Ed. Dirección General de Publicaciones, Ministerio de Educación. El Salvador. Y en 1980 publicaste “Operación Amor” (Novela Corta). Ed. Universitaria. El Salvador. Aunque esos dos libros son dos géneros literarios distintos y están separados por la distancia del tiempo, además que uno es colectivo y el otro está hecho en solitario ¿qué encontrás de común entre ellos? ¿Hay alguna línea esencial que seguís en cuanto a literatura?

Manuel Sorto: No creo que tengan nada que ver. Pero la verdad es que nunca me lo he pensado.  Y en todo caso no es a mí a quien correspondería hacerlo.

No tengo línea de ningún tipo. Si todavía no sé quién soy yo mismo. A veces no entiendo si soy un autor o un personaje de una trama aún desconocida.

Érika y Óscar: Manuel, sos un hombre de muchas facetas. De todas las cosas ¿cuál es la que más te apasiona?

Manuel Sorto: Escribo y dibujo sobre todo, porque para hacerlo no necesito a nadie, son oficios de solitario. El trabajo en equipo es siempre más complejo. Hago cine y teatro u otro tipo de espectáculo viviente, cuando puedo, cuando me dejan, cuando me llaman y me atrae el proyecto, y cuando se reúnen las condiciones. El teatro y el cine, como artes colectivas, es más difícil, y requieren infraestructura. Me apasiona todo lo que hago. Y sólo por una gran necesidad económica hago trabajos que no me gustan. Y eso ha sido muy raro en mi vida. Si puedo los evito. El trabajo para mí debe también producir el placer de vivir. Si no, es un calvario, como se dice. Para mí trabajar significa hacer cosas que sean útiles y les dan placer o ayuden o sirvan también a los demás, no sólo para ganarme un salario. Los mexicanos usan para hacer esa diferencia la palabra “chambear” y no trabajar. Es como el “bosser”, de los franceses.

Dibujo a plumilla. 12 por 17 ctms. 1976. Por esa época Manuel Sorto firmaba Egedor.

Manuel Sorto editando, en Tlayacapan, México.

Homenaje a un volcán, de Manuel Sorto. Pastel.

Érika y Óscar: Diste un gran salto creativo cuando te fuiste a México. ¿Creés que acá alguien puede hacer ese salto sin salir del país, aun hoy con la era del Internet?

Manuel Sorto: Vamos a ver. Esta pregunta es complicada. Al menos para mí. Me cuestiona por muchos lados. Contiene muchas cosas. Puedo hablar desde mi experiencia, y para el arte no hay reglas fijas. Lo de afuera ha sido una consecuencia o prolongación de lo que hice en mi país. Por ello no estoy de acuerdo a cien por ciento con esa afirmación. Tampoco digo que estar afuera no me haya servido. He ganado mucha experiencia sobre todo. Mis horizontes son enormemente más amplios. He trabajado en las artes colectivas con profesionales de un calibre que en El Salvador no tenemos, ni soñando. Y no quiero decir que no haya talento: tenemos genios incluso, pero el confinamiento y las limitaciones locales anulan. Y la falta de medios y apoyo, e infraestructura. Lo que les quiero decir, es que  creo que mi obra real o esencialmente creativa no se desarrolló más afuera. Es más, creo que de alguna manera, se ha ido como bloqueando o posponiendo, sobre todo aquí en Francia. Porque en México, pues somos el mismo maíz. La misma cultura mesoamericana. La misma lengua castellana que es la mayoritaria. Francia es otro cantar. Una amiga guatemalteca dijo un día: “es que en Francia y en Europa en general, están  más deshumanizados”. La cita textual está en Ojo de Venado, la novela de Pantxika Cazaux. Y aquí, tanto en teatro como en cine u otras artes colectivas, las gentes preparadas y competentes, a nivel técnico y artístico, hay a montones. Son innumerables. Y además está lo de la lengua. Todas mis películas han sido obra colectiva y sólo se editaron en México debido a las circunstancias, por motivos fuera de la voluntad. Creo que por un lado era más creativo cuando estaba en mi país. Afuera y yendo cada 4 años, apenas sirve “para tocar base”, como una vez dijo Rafael Menjívar Ochoa sobre mis idas a El salvador. La experiencia es la que se acrecentó o enriqueció. Afuera siempre es más difícil, sobre todo cuando venimos de países como los nuestros, sin tradición, y con muy pocos autores que hayan tenido un reconocimiento internacional, que hayan marcado las artes o la literatura, y las ciencias, y todo. Pero salir  es importante. La óptica es más vasta. Se te abren tus horizontes mentales. Yo viví en México un poco entre 1971 y 72 y fue la  por primera vez que me pagaron por escribir. Pero también lo que sucede es que ahí adentro y sin salir, nuestros parámetros culturales son más estrechos, aún ahora, y a pesar de Internet. La estrechez en el pensamiento también provoca cosas, que más parecen de cuento o de pesadilla. Para dar ejemplos recientes, ya de estos días y con el nuevo gobierno, leí que al historiador Carlos Cañas Dinarte lo publicaron sin su permiso, y parece que, según la nota, hasta su nombre eliminaron. También el otro día René Lovo decía en ContraPunto que hay un montón de espectáculos teatrales que no hayan donde presentarse. ¡Que el alquiler del teatro nacional cuesta 150 dólares! Es deprimente. Y René insinuaba que algo similar está pasando con todas las ramas del arte. Otro ejemplo, en agosto del 2010, en una entrevista también en ContraPunto, Andrés Guttfreund hablaba de “no canibalizar el cine salvadoreño”, y al mismo tiempo se le dejaba ir con patada y mordida a Arturo Menéndez, el  realizador de Cinema Libertad. No tenemos derecho de tratar así públicamente a un realizador salvadoreño con talento, que se inicia, y que además despega muy bien, no tenemos derecho, seamos quienes seamos y sea el que sea en el pasado nuestro reconocimiento internacional. Con el agravante de que Cinema Libertad es un esfuerzo 100 %  salvadoreño. Viniendo de alguien de la edad y la supuesta capacidad y experiencia de Andrés, me parece no sólo excesivo e inadecuado, es antipedagógico. Y contradictorio. Está alimentando el “canibalismo” que “propone” evitar. Es mezquino, y bajero. Y todo forma parte de ese estrecho mundo nuestro. Hasta le permite cosas como esa a Andrés, que se ha educado y vive en Estados Unidos. Nos devoramos entre nosotros. Y lo poco que tenemos no lo valoramos o lo mal aprovechamos. Ya desde los días de las elecciones señalé en ContraPunto una mínima cadena de infraestructura existente creada en la administración Béneke a principios de los años setentas, y que ha estado subutilizada, como entre otras, la red de las Casas de la Cultura y el Centro Nacional de Artes. Y eso es sólo un ejemplo. El Salvador es un país de sordos. Y a veces de mudos. De nada sirve pensar ni decir lo que se piensa. Todo cae al vacío y lo que te ganas son enemigos. No nos escuchamos. Estamos sordos. Y la lista es larga. El arte y la cultura no tienen mayores apoyos. No le interesa ni a la derecha ni a la izquierda. El FMLN nunca tuvo ni tiene proyecto cultural ni artístico. Si las mismas organizaciones a duras penas llegaron a unirse y por necesidades de la guerra. A los artistas se nos veía como productores o vehículos de sus aparatos de propaganda, salvo raras excepciones personales. Estábamos en guerra y podría comprenderse. Carlos Aragón, Tamba, un día que me visitó, recuerdo que me dijo: “yo ya no soy un músico, primo, ni un poeta: ya sólo soy un guerrero”. Pero la guerra ya terminó. Se supone. Ni la derecha ni la izquierda nunca se han preocupado de un proyecto cultural nacional con seriedad y como parte importante del país. Siempre las prioridades son otras, no la cultura. Y somos uno de los países culturalmente más violentos del mundo. Porque el asesinato y la traición y la violencia que recorren toda nuestra historia, de izquierda y derecha, como una enfermedad nacional, es también un signo cultural, y constante. Sin embargo, la cultura no es una prioridad. Salvo raras excepciones como la antes mencionada, en la que aunque sea a medias se creó un mínimo de infraestructura cultural con racionalidad y coherencia pero que también se quedó a medio camino y de lo que sólo quedan cadáveres exquisitos, como ya dije una vez. Hablo con propiedad, porque yo participé en esa reforma. Si uno no sale de El Salvador, por mucho Internet, no se abrirán mucho más tus horizontes. Conocer otras culturas es importante, si no, te faltan parámetros reales para ubicarte y seguimos creyendo en lo que nuestra corta imaginación e información nos permite o deforma. Pero esas tenemos. Tampoco importamos arte para verlo. ¿Que no tenemos dinero? Pues para empezar, para eso existen los acuerdos culturales entre los diferentes países. Ricos y/o pobres. Y los sistemas de intercambio cultural. Pero no los utilizamos, o los mal utilizamos. Nos falta imaginación, y voluntad política. Sobre esto se puede hablar o escribir mucho, pero no sirve de nada. Todo, lo poco que tenemos, lo hacen y se debe sobre todo a los propios actores culturales y artísticos, y generalmente, están solos. Solitititos. Solititos. A ver cuando el Estado se convierte en un aliado de la cultura y del arte.

Les dije que su pregunta era complicada.

El final está comprendido en el comienzo, dice Hamm en Final de Partida.

Manuel Sorto. Foto de Marie Helene Daubagna.

Érika y Óscar: Manuel, nos gustaría que nos hablaras de cuando colaboraste con Horacio Castellanos Moya,  Roger Lindo Miguel Huezo Mixco y Roberto Rodríguez en la revista El Papo, Cosa Poética, en donde hiciste portadas e ilustraciones para la revista e hiciste crítica de cine. ¿Cómo fue esa experiencia de trabajar junto a esos destacados escritores?

Manuel Sorto: Pues yo me divertí colaborándoles. Les hice una portada y un par de ilustraciones. Y les conseguí cosas de otros dibujantes. Y lo hice con placer. Para mí, sin el aspecto lúdico, el arte y la literatura serían imposibles y no tendrían sentido. Ellos eran un poco más jóvenes que yo. Y en esa época, unos eran más jóvenes que los otros. Y unos tenían más experiencia que los otros. Ellos lograron sacar más números de esa revista que nosotros con La Masacuata. Yo tengo la 7.  Por entonces solo éramos unos muchachones, como ahora. Con Horacio volvimos a trabajar juntos en México, editamos un libro colectivo:»Arme y desarme»; se tradujo al inglés como «Mirrors of war», la traducción es del canadiense Keith Ellis y se editó a la vez en Nueva York, Londres y Toronto. Aparte de Castellanos Moya y yo, son coautores, Gabriela Yanes y Lynn Sorto. También sacamos una revista, «Palo de Fuego, cosa centroamericana», junto con Luis Melgar Brizuela, Pantxika Cazaux y Luis Barquera. Lo de cosa es un homenaje al subtítulo de  «El Papo:  cosa poética». Creo que a mi se me ocurrió eso de  «la cosa” como un homenaje a esa revista. Horacio Castellanos Moya es ahora nuestro narrador más reconocido en la cancha internacional. Con Roberto Rodríguez Rojas compartimos experiencias como 12 o 13 años después, a principios de los años 90, en París. El punto de fusión era el poeta Armijo, en su casa y en la de su hermano William. A Mr. Roger en México, durante la guerra, en una de sus pasadas, lo llevamos hasta a bailar y lo rociamos de mezcal y de tequila. Hermanitos. Después de la guerra, nos vemos cuando podemos, o cuando nos cruzamos. Y ahora, hasta cuando queremos, somos privilegiados: “teletransportación skype”.

Portada elaborada en 1977 por Manuel Sorto para la revista EL PAPO, COSA POÉTICA, la cual editaban Miguel Huezo Mixco, Horacio Castellanos Moya, Roger Lindo y Roberto Rodríguez Rojas.

Feto astral Siglo XXI. Dibujo a plumilla  de Manuel Sorto, 1974, en La Cebolla Púrpura, Diario El Mundo. 1975.

Érika y Óscar: Sabemos que mantenés amistad con el poeta Kijadurías, Premio Nacional de Cultura 2009. ¿Cómo se conocieron? ¿Qué nos podrías contar sobre el lado humano de él?

Manuel Sorto: Debe haber sido en la Universidad de El Salvador. Creo que yo trabajaba en el Taller de los Vagos y él en la Editorial Universitaria. Pero puede haber sido más tarde, por 1970. Puede haber sido también una vez que visitamos a Pedro Geoffroy Rivas. No lo tengo muy claro.

Es uno de los hombres más sabios, humildes y buenos que conozco. Sino el más. Kijadurías es un santo. Una mezcla de Lao-Tsé, Salomón y Omar Khayam. Un sabio.

Kijadurías y Manuel Sorto 2009. Foto: Françoise Bèséme.
La actriz cubana Mirta Ibarra y Manuel Sorto. En Biarritz, 1992.
Érika y Óscar: ¿Cómo fue que conociste a Miguel Mármol, el que fue por tantos años una leyenda viviente?

Manuel Sorto: Me lo presentó Armando Herrera a fines de 1978 0 principios de 1979. Yo casi me fui de espaldas. Ahí tenía a Miguel Mármol, en carne y hueso. Yo creí que alucinaba. Estábamos con Baltazar Polío. Desde entonces nos vimos con regularidad, hasta que yo salí del país, pero mantuvimos correspondencia. Luego cuando yo caía por Cuba, por lo de los festivales o por cosas de escritores, a veces él andaba por ahí y siempre nos veíamos. Publiqué un par de anécdotas sobre él en ContraPunto. Filmamos a Miguel, primero con Baltazar, pero sin sonido sincrónico. Luego con Guillermo, ya en regla. No sé dónde andan esos materiales.

De izq. a der. Armando Herrera, Manuel Sorto, Miguel Mármol y Baltazar Polío. Están en el Lago de Ilopango en 1978, en el lugar exacto (según Miguel) donde se fundó el Partido Comunista Salvadoreño. (La foto es de Raúl Cabrol, economista argentino, fue profesor de Economía de la Universidad Nacional. Armando Herrera, quien murió el año pasado,fue Director de la Editorial Universitaria y editor de «El Huevo» y «Operación Amor» de Manuel Sorto.)

Érika y Óscar: ¿Y sobre Armando Herrera qué nos podés contar?

Manuel Sorto: Armando Herrera era un Armador. Armando Herrera siempre andaba armando relaciones. Bien fiel a su nombre. Jajá. Y de esas relaciones siempre se lograban cosas. Nunca se perdía nada. A mí durante mucho tiempo, mínimo, todo 1979, me sacó el jugo como crítico de cine cuando dirigía El Universitario, el periódico oficial de la U. Él dirigía la Editorial Universitaria.  Sin embargo, Armando nunca habló de trabajo político. Jajajá. Era un motor incansable. Valiosísimo. Tanto con Miguel como con Armando nunca me sentí que estaba hablando con gente del Partido Comunista Salvadoreño. Ellos buscaban siempre adjuntar, sumar, acumular fuerzas. Y todo por medio de proyectos que se volvían conjuntos. Políticos serios. Y a ninguno se le ocurrió reclutarme nunca, y mucho menos darme línea. Tenían bien claro lo que es la libertad para el trabajo creativo. Hasta nos consiguió la Cherokee para “La Zona Intertidal”. Jajá. Y hasta su muerte mantuvo una columna diaria en el Co-Latino. Su esposa, Norma, fue asesinada por los escuadrones de la muerte. También Armando Herrera fue el primer editor de Horacio Castellanos Moya, le publicó su antología de poesía La Margarita Emocionante, de los que editaban El Papo.

Sí, Armando Herrera fue un Gran Armador.

Guardo una foto que tomó Armando Herrera para una exposición de Carlos Mejía, donde éste integró poemas míos en sus cuadros.

De izq. a derecha: Manuel Sorto, Carlos Mejía e Inti Yabi (hijo de Carlos).

Érika y Óscar: Uno de los poetas más reconocidos y respetados en El Salvador es Rafael Mendoza. ¿Cuál ha sido tu relación con él? ¿Qué pensás de su obra poética?

Manuel Sorto: Fue el primero que escribió sobre mi trabajo como actor de teatro y como poeta en la prensa escrita. En El Mundo. Recuerdo muy bien su artículo. Se titulaba “Sorto y otros fenómenos”. Otros es la lectura al revés de mi apellido. Me gustó la puntada, aparte de que no me lo esperaba, el artículo. Decía que tenía una cara de muerto. Ha sido una relación de buenos amigos desde que nos conocimos. Él ya era Rafael Mendoza cuando yo apenas estaba bajando de “Sensunte”. En mis inicios fue paciente conmigo, leía mis cosas, y me orientaba cuando lo estimaba prudente. Una vez me regañó por el cómo yo hablaba de Ionesco en un texto. Y por supuesto mi texto terminó en la basura. Tenía razón. Fue hace muchísimos años, cuando él y Roberto Monterrosa trabajaban en el Diario El Independiente de Jorge Pinto. Tanto El Independiente como La Crónica, fueron reventados por el terrorismo de estado. Es alguien a quien quiero y respeto mucho. Alguien muy honesto. Hemos tenido muchas aventuras, a cual más jugosa.

Sobre lo de su obra, pues, Uno: no soy crítico de poesía. No tengo la competencia. He sido crítico de teatro y cine, tanto en El Salvador como en México, pero eso es otra cosa. Y puedo seguir haciéndolo, tengo las herramientas. Pero no para la crítica de poesía. Y tampoco quiero, ni me interesa. Dos: yo no opino en público de la obra de mis amigos poetas: eso se habla directamente entre nosotros.  A menos que uno quiera lanzar o darle un espaldarazo a alguien. O lo contrario. Pero Rafael Mendoza no necesita espaldarazos de nadie. Para darte un ejemplo, cuando aún no éramos amigos, recuerdo que la primera vez que lo vi fue en la presentación de su libro “Confesiones a Marcia”, la hizo Claudia Lars en el Auditorio de Derecho de la Universidad Nacional. ¡Vaya!  La amistad es independiente de la obra, y viceversa. Esa es una regla de amistad. Igual me pasa con los signos ideológicos.

De izq. a derecha: Manuel Sorto, Kijadaurías, Ricardo Humano y Rafael Mendoza (el viejo).

Érika y Óscar: El pintor, poeta y editor Ricardo Humano, ha sido conservador de la obra de Salarrué desde después de su muerte y dirigiendo la Fundación CASA DE SALARRUÉ (hasta que hace poco que se la pasó al MUPI para su cuidado). ¿Cuál ha sido tu relación con él, qué nos podés contar sobre él?

Manuel Sorto: Una relación rarísima. A Ricardo Aguilar alguna gente de la izquierda lo colorea de derecha, y  algunos de derecha de estar “muy a la izquierda”. Yo creo que se divierte provocando a los que se rizan de izquierdas y a los que se rizan de derechas. Ricardo es sobre todo un cristiano empedernido, en el sentido crístico. Esotérico. Respecto a la política es un escéptico. Roberto Armijo  le confió en París en 1997, antes de morir, su libro inédito “El pastor de las equivocaciones”, un título maravilloso y que creo nos resume a muchos, y Ricardo hizo una sencilla y hermosa edición con su sello “El venado blanco”, con ilustraciones de Verónica Vides. Ricardo conoció a Roque Dalton, de lo que sé, es que se los presentó Manlio Argueta, a él y a Rolando Costa. Creo que era cuando querían ingresar en el Partido Comunista. Jajá. Con Ricardo, Aguilar y Humano, me ha pasado una cosa muy peculiar: hemos llorado juntos en tres ciudades tan distantes como México, Sevilla y París. Pero llorar de alegría, a carcajadas, ante las situaciones por las que pasábamos. En México, un día,  hambrientos, entre los dos sólo reuníamos dinero para tres taquitos de canasta, los más baratos. Nos tocó taquito y medio a cada uno. Mientras los comíamos, viéndonos a los ojos, comenzamos a carcajearnos y a llorar, a carcajadas. Y hasta por teléfono nos ha pasado, él en Mejicanos y yo en Bayona, la noche del 15 de marzo del 2009, hace 2 años, mientras él me describía las lágrimas de alegría de la gente en Mejicanos cuando triunfó el FMLN. Todo un record sobre lloradas.

Manuel Sorto. Retrato de Françoise Bèséme.

Érika y Óscar: ¿Qué nos podés contar de tus días con el grupo literario «La Masacuata»?

Manuel Sorto: «La Masacuata» fue mi grupo literario. El de mi “generación” literaria. La Masacuata se organizaba en Brigadas: San Vicente, Usulután, San Salvador… Yo incluso intenté una base en Sensuntepeque con teatro, pero sólo tuvimos dos reuniones, yo iba en los fines de semana. No se consiguió local estable. Contrariamente a los otros grupos literarios, «La Masacuata» nació en la provincia, en San Vicente, y no en la capital, y logró sobrevivir aún después de la entrada en la clandestinidad en 1971 de varios de sus miembros, que son fundadores de la guerrilla. Otra “novedad” de «La Masacuata» es que era un grupo no sólo literario, «La Masacuata» integraba también pintores como Roberto Huezo, Roberto Galicia Pedro Portillo y el ceramista y pintor Carlos Mejía. En una entrevista reciente Miguel Antonio Bonilla lo menciona. Y la revista de Brigadas La Masacuata se editaba en San Vicente y no en San Salvador; se lograron editar 5 ó 6 números y se imprimía en la imprenta de la Editorial Ramírez. A «La Masacuata» “le tocó” el nacimiento de la lucha armada. Eduardo Sancho es uno de los fundadores de la guerrilla, no sólo de «La Masacuata». En el último número que salió entraron entre los responsables Alfonso Kijadurías, Rolando Costa y Ricardo Humano. Jajá. A falta de los que ya andaban clandestinos. De «La Masacuata», los que sobrevivimos a la guerra no hemos vuelto a producir, a escribir, o al menos a publicar con el mismo ritmo.

LA MASACUATA. De izq. a derecha: Eduardo Sancho, Roberto Monterrosa, Carlos Eduardo Rico, Rigoberto Góngora, Manuel Sorto y Luis Felipe Minhero (faltan Alfonso Hernández y Salvador Silis). Foto tomada por: Roberto Salomón. 1970.

El poeta Alfonso Hernández (Comandante Sebastián, caído en combate en 1988) con Manuel Sorto (a la derecha), en su casa, en Tlalpan, México. 1986.

Érika y Óscar: ¿Qué último libro has leído? ¿Quiénes son tus tres escritores favoritos?

Manuel Sorto: Profundidades de Henning Mankell. Lo terminé anoche. Estoy atrasado con las novedades. Un libro terrible.

Jodido seleccionar tres escritores, es imposible, pero entre mis favoritos latinoamericanos siempre estarán García Márquez, Juan Rulfo, Fuentes, Oneti, Conti, Carpentier, Rama, Cortázar… la obra corta de Roberto Bolaño. Lo poco que conozco de Castellanos Moya. Pero son varios y de diferentes lenguas y nacionalidades. José Saramago es enorme. Este tipo de preguntas no me gustan. Siempre queda uno de los preferidos afuera.

Érika y Óscar: Algunos de los premios que has ganado en cine, siendo miembro del Colectivo Cero a la Izquierda son, por mencionar algunos, el Primer Premio Coral en el II Festival de Nuevo Cine Latinoamericano, La Habana, Cuba, con el cortometraje “Morazán”; también el Premio a una Cinematografía Naciente en el Festival de Leipzig, R.D. Alemania; tus películas  “La Zona Intertidal” y “Morazán” fueron seleccionadas para La Quincena de los realizadores en el Festival de Cannes, Francia; con “La Zona Interdidal” obtuviste Mikeldi de Plata en el Festival de Cortometraje y Cine Documental de Bilbao, España, y Segundo Premio en el Festival de Oberhaunsen (RFA); con “Los primeros frutos  (la decisión de vencer)” obtuviste La Paloma de Oro en el Festival de Leipzig, R.D. Alemania y el Gran Premio Coral en el III Festival de Nuevo Cine Latinoamericano, La Habana, Cuba.

¿Cuál de todos estos reconocimientos y galardones guardás con más cariño en tu corazón y por qué?

Manuel Sorto: Todos. Fue interesante que en Leipzig, en 1980, el premio fuera para “Una Cinematografía Naciente”. Al siguiente año, en 1981, obtuvimos la Paloma de Oro. O sea, que a Leipzig no le fallamos ni le quedamos mal. No olvidemos que Leipzig es una ciudad estudiantil, y donde prácticamente comenzó la caída del muro de Berlín.

(Nota: los amables lectores pueden hallar información sobre los premios que hemos mencionado en los siguientes enlaces:

http://www.habanafilmfestival.com/noticias/index.php?newsid=361

http://www.zinebi.com/zinebi53inscrip/docs/palmares_historico.pdf)

De izq. a derecha: Manuel Sorto, Alejandro Cotto, Roberto Cameros y Guillermo Escalón. Durante el rodaje de Alejandro, de G. Escalón.

Samuel Fuller y Manuel Sorto, en el Festival de Cine e Historia de Pessac. 1992.

Érika y Óscar: Manuel, incursionaste en la literatura infantil y en 1979 dirigiste la obra “El caso de la muñeca abandonada” de Alfonso Sastre, con «El Taller de Las Cipotas», del Colegio Sagrado Corazón de San Salvador, con la coordinación de Carmen Elena Echeverria. ¿Qué recordás de esa experiencia?

Manuel Sorto: Bella experiencia: se montó sólo con mujeres. Todas alumnas del colegio El Sagrado Corazón. La idea de llamarme fue de Carmen Elena Echeverría cuando ella trabajaba ahí. Es la única vez que he trabajado sólo con mujeres. Es maravilloso. Por eso el grupo se llamó «El Taller de las Cipotas». Me pasaron dos cosas curiosas con esa pieza: terminé el trabajo pero no pude verla para su estreno, ya que tuve que irme del país. Pero me quedó un juego de fotos de los ensayos. Ya aquí, un día que visité a Alfonso Sastre, le di el juego de fotos que tenía sobre el montaje, y no guardé copia. Alfonso está bastante enfermo y afectado desde la muerte de su compañera, Eva Forest, la autora de Operación Ogro (que era el nombre del operativo de ETA que ejecutó a Carrero Blanco, el Jefe de Gobierno de Franco). Un día de estos, ya hoy con la numerización, trataré de lograr una copia de esas fotos que están en sus archivos. Ellos viven aquí al ladito, en Ondarribia (Fuenterrabía) en el País Vasco Español que le dicen. Alfonso trabajó esa pieza para niños a partir de El Círculo de tiza Caucasiano de Bertolt Brecht.

Érika y Óscar: ¿Por qué creés que pocos escritores se ocupan de trabajar en literatura infantil?

Me imagino que porque no es fácil. Pero también porque no se fomenta y porque no tenemos editoriales que se preocupen del género. La Secretaría de Cultura por ejemplo, podría crear un certamen anual de Literatura infantil. O alguna universidad. Las mismas Casas de la Cultura en sus localidades. Es importante. Y si no aparece nada de calidad suficiente, pues se declara desierto, acumulando “el bote”. Es ridículo que no haya nada; incluso a niveles económicos: el mercado de los niños es eterno, pero lo llenamos de estupideces embrutecedoras. A veces esos juguetes son más peligrosos que muchas otras cosas. Armando Herrera, siendo director de la Editorial Universitaria, publicó en 1979 El Huevo, con texto de Lynn Geary e ilustraciones mías (Lynn era mi compañera en esos años y lo firmó Sorto). La edición quedó muy bien, y Armando Herrera la realizó ¡con los sobrantes de los diferentes papeles que las distintas autoridades usaban para sus tarjetas de visita! ¡Genial! Como resultado, las páginas tienen diferentes texturas, lo cual, con un formato cuadrado y grande, más las acuarelas, se logró un bello objeto y muy original. Otro ejemplo de ingenio: Roberto Monterrosa, cuando dirigía la Dirección de Publicaciones en 1970 y ´71, hizo algo parecido creando la Colección Tekij, de pequeño formato (en la que aparecieron, entre otros, “Las Cabezas Infinitas”, y “Memorias Lunares” de Mauricio Marquina), con los sobrantes de papel de las otras colecciones. Monterrosa también hizo una bella edición tipo Juvenil de Oyarkandal. Falta imaginación. Nos faltan muchas cosas. A esto se le podría aplicar lo mismo que Paul Leduc dijo sobre La zona Intertidal, respecto a crear con y a pesar de los condicionamientos que supuestamente nos limitan.

Érika y Óscar: Manuel, sabemos que vos, junto a Guillermo Escalón y Paul Leduc filmaron en San Salvador la masacre del 22 de enero de 1980. ¿Cómo recordás esos momentos? ¿Cuándo volviste a ver lo que habías filmado qué pensaste, qué sentiste?

Manuel Sorto: Fue para Las Historias prohibidas de Pulgarcito, la película es de Paul Leduc y fue filmada entre noviembre de 1979 y enero de 1980. “Ahí se quemó Manuel Sorto” o algo así, escribe Sancho/Cienfuegos en su libro “Crónica entre los Espejos” (2002). Ver lo filmado no fue mayor problema. Lo duro fue vivirlo, sin parar de filmar, y salir vivo. Gracias sobre todo, en el equipo que yo iba, a la sangre fría de Leduc, y que yo conocía la zona donde quedamos atrapados. El equipo de Guillermo logró refugiarse en la Iglesia del Rosario. Fue a llamado del poeta  Eduardo Sancho (Comandante Fermán Cienfuegos, en ese contexto), que trabajamos en ella. Ahí conocí a Leduc. Sancho y Fermán le pidió expresamente a Leduc, que para la edición, el tiempo de presencia de cada una de las cinco organizaciones político-militares se repartiera por igual. Técnicamente fue difícil para Leduc. La produjo el FAPU. La del 22 de enero de 1980 es la mayor manifestación en la historia de El Salvador. Ahí el pueblo se manifestó con todas sus fuerzas a pesar de las diferencias. Recuerdo algunas de las demandas campesinas: una cucharada más de frijoles en la comida, por ejemplo. Todas las posibilidades de diálogo con los gobiernos estaban cerradas desde hacía mucho. La masacre del 22 de enero no hizo más que confirmarlo. Fue salvaje. Completamente irracional. A mediados de año se lograría la Unidad, y se crearía el FMLN. El asesinato de Monseñor Romero fue la gota que desbordó el tarro.  Después fue la guerra abierta. Algunos apuntes sobre ello, muy pocos, se los envié a Eduardo Sancho y Fermán para un libro que prepara. Es muy duro describir eso. Lo siento.

Se cree que unas 250,000 personas se encontraban en la manifestación del 22 de enero de 1980, en San Salvador.

Eduardo Sancho (Fermán Cienfuegos) y Manuel Sorto, después de la guerra, en el 2001, en casa de la madre de Sorto.

Sorto en Amsterdam,  en 1982, durante el homenaje a los periodistas y cineastas holandeses asesinados en El Salvador. Foto y texto: Maya Pejic.

Érika y Óscar: En la guerra civil recién pasada que tuvo El Salvador, la violencia que se desató de uno y otro lado, es decir, de la izquierda y la derecha, tenía un ideal, un sentido ideológico si se quiere. Pero la actual violencia que vive nuestro país, que destruye a las familias y corrompe a la sociedad, el único ideal que tiene es el odio, el dinero y las drogas. No tiene una respuesta fácil la siguiente pregunta, pero… ¿qué futuro le ves a El Salvador?

Manuel Sorto: No tengo idea. En parte, como siempre, va a depender de todos nosotros. Pero también se gana o se pierde tiempo con las decisiones acertadas o no de los Poderes. El problema parece ser más bien regional. Rubén Aguilar, un amigo mexicano, por ejemplo, está publicando tanto en México como en ContraPunto ciertos artículos sobre la si o no legalización de la droga como un medio de combate o solución frente al narcotráfico. Como se hace con el alcohol, droga también, y más peligrosa, por ejemplo, que el canabis.

Érika y Óscar: ¿Qué mensaje le enviás a los jóvenes salvadoreños?

Manuel Sorto: NO CLAUDIQUEN NUNCA. NO SE RINDAN NUNCA. SE TRATA DE EDUCARSE, NO DE DOMESTICARSE. ¡FÁJENSE POR SUS SUEÑOS! Y RÍAN. RÍANSE MUCHO. ES BUENA MEDICINA PARA TODO.

Manuel Sorto y su hijo Camilo Sorto-Cazaux . 2009. Foto: Françoise Bèséme.

Manuel Sorto, en su balcón. Foto tomada por Julien Lacoste.

Érika y Óscar: Nos despedimos aquí, Manuel, y gracias nuevamente por habernos concedido esta entrevista. ¿Algún comentario final?

Manuel Sorto: Pues se me olvidó mencionar a un amigo, que me enseñó nada menos que a manejar, a conducir, en la camioneta de mi papá. Hacíamos Victoria-Sensunte-Victoria después de terminado el viaje comercial. E íbamos al cine, por supuesto. Carlos Valladares era su nombre. Hijo del Negro Jorge. Magnífico amigo. De esos del alma. No lo he vuelto a ver.  También se me olvidó decir que Ana Rosa Ochoa publicó un libro, mucho antes de que yo la conociera: “Perdigones quemados”. Su título es claro. También entre mis amigos olvidé mencionar a Carlos Mayorga. Y sobre todo, se me olvidó decir, que el hijo de la Niña Pilar Rosales, mi partera, fue el poeta Armengol Rosales, era profesor. Recuerdo haber leído un poema suyo que él me mostró cuando yo era niño. Hablaba de caballos «encarrerados» y desbocados. Recuerdo una explosión de imágenes. Publiqué algo sobre él hace mucho tiempo. Algo que le gustó mucho a la actriz Gilda Lewin. Creo que lo publicó Jaime Suarez Quemain o Rolando Elías. Me imagino que su obra se perdió.

Y soy yo el que les estoy agradecido por la mayoría de sus preguntas, jajajá, y por el trabajo que realizan con Más allá de los 400 cerros.  Sensuntepeque se los merece. Quiero decir: la ciudad a ustedes, no sólo por la labor como médicos. Pero también ustedes se merecen a Sensuntepeque. Qué bueno que Sensunte tenga su Voz. A ver cuando nos conocemos personalmente.

Hasta siempre.

Fotografía de la manifestación de San Salvador del 22 de enero de 1980 extraída de El Mundo.es:

http://www.elmundo.es/america/blogs/cronicascentroamerica/2011/01/22/apuntes-sobre-la-masacre-del-22-de-enero.html
Algunos artículos escritos por Manuel Sorto los pueden leer siguiendo estos enlaces:
Miguel y Roque: Realidad y Ficción
La última novia de Miguelito Mármol
Mi primo Abdón y el poeta Armijo
Artículo relacionado a Manuel Sorto:
«Roberto Bolaño en El Salvador. Supremo jardín de la guerra florida», escrito por Miguel Huezo Mixco: http://www.fronterad.com/?q=node/3001&page=0,0

Acerca de Óscar Perdomo León

De médico, poeta y loco, todos tenemos un poco. Doctor en Medicina. Amante de la música, la literatura, el cine y la fotografía. Physician. Art lover. Mi blog personal: 1-LA CASA DE ÓSCAR PERDOMO LEÓN oscarperdomoleon.com /////Mis otros blogs son: //2-LA LUZ Y LA SOMBRA laluzylasombradeoscarperdomoleon.blogspot.com
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26 respuestas a MANUEL SORTO: «LA MASACUATA FUE MI GRUPO LITERARIO.» Tercera y última entrega.

  1. felicitaciones que en plena oscuridad ustedes sigan salpicando de luciernagas la esperanza,
    como diría mi amado señor que el gran taitacha me los bendiga y cuide cada dia y se la pasen bien galán aunque azote la tormenta.

    alegria y paz

  2. Gracias a usted Aguilar Humano por sus lindas palabras, con ellas ya nos sentimos más protegidos bajo la tormenta.

  3. kely sanchez dijo:

    felicidades, y mi mas sinceros respeto y admiración por este gran personaje.

  4. Luis Alonso Sorto dijo:

    Exelente Memo, me alegro saber de ti, adelante primo y felicitaciones.

  5. René Chacón dijo:

    Termine de leer la tercera entrega de la entrevista con Manuel o Memo como cariñosamente le llamamos en el pueblo.
    No ha sido una lectura ha profundidad o con enfoque de análisis de la vida de un gran personaje nuestro. La avidez de los acontecimientos y las emociones me han llevado en esos trazos que el destino señalo a Manuel. Allí están los pasos del tiempo, y él escarbando en sus experiencias, allí encontramos los jirones de alma, el dolor la angustia, las lagrimas y el amor de un alma de nuestro tiempo, de nuestro pueblo, de nuestro barro.
    Muchos de los que han leído o leerán estas paginas vivirán (viviremos) con Manuel ese tiempo imperecedero ya en los recuerdos, de lo que fuimos, somos y seremos en el tiempo.
    Gracias a Manuel por ese bello ejemplo de lucha inclaudicable, por la emociones y los recuerdos. No puedo expresartelo de otra manera mano…que DIOS te bendiga.
    Gracias también a los médicos : Erika y Oscar por permitirnos de beber en el pozo de la nostalgia de ese querido y recordado pueblo.

    • Manuel Sorto dijo:

      Hola René. Creo que te dije que con Joaquín hablamos de vos a principios del 2010. Y hace como 10 años vi a la Ana Ruth. Hasta siempre

  6. *Gracias Kely Sánchez, Luis Alonso Sorto y René Chacón por tomarse el tiempo de dejar un comentario en nuestro blog. Estamos seguros que Manuel Sorto leerá las palabras que han escrito.

  7. Marcos Antonio Menjivar dijo:

    Hola ni nombre es Marcos Menjivar conocido como Topiltzin y por este medio necesito comunicarme con Manuel Sorto, si alguno sabe el correo de el me lo podria proporcionar por favor gracias.

  8. Arturo Aguilar Flores dijo:

    manuel………quiza no te recuerdes de mi…..despues de leer todo creo que seguistes tus pasos,como estaba marcado tu destino.despues de ver la foto de tu hijo,te volvi a ver tal como eras…joven….bueno sigue por donde te toca y se feliz atravez de tus aguas cristalinas………….tu amigo…..wachija………..

    • Manuel Sorto dijo:

      Claro que te recuerdo Arturo. ¿Cómo no recordar nuestras aventuras? Desde pintas hasta el bote, con o sin serenata.
      Oscar y Erika pueden servir para intercambiar direcciones. Un abrazote y gracias por tus palabras

  9. Rafael Mendoza el Viejo dijo:

    Una muy agradable entrevista, rica en imágenes. Reencontrarse de nuevo con la legendaria figura de don Miguel Mármol, con El Gato (zarco) Herrera, y los poetas de la Mazacuata, es realmente estimulante en estos momentos aciagos en que las aberraciones parlamentarias tumban las esperanzas de todos aquellos que murieron esperando un auténtico cambio… ¡Ah, Patria, soñada como mía y eternamente hipotecada, aherrojada hoy por el liberalismo y la corrupción… Cuánto penar te falta todavía!…

    Pero lo que realmente me movió a este comentario fue añadir una aclaración sobre lo que Manuel dice de mi obrita «Confesiones a Marcia» y la relación con la vieja madre amada Claudia Lars. Lo que realmente hizo Claudia fue que, cuando yo leí por vez primera unos cuantos poemas de «Los Muertos y Otras Confesiones» (no de «Confesiones…»), en un recital en el que ella y yo compartimos estrado con Mercedes Durand y Armijo, como representantes de cuatro «épocas» de creación poética, ella se levantó, me felicitó delante de todos y me dijo muy seria: «¡Muchacho… Y por qué no me has buscado para que te publique esos poemas!»
    El acto, llevado a cabo en el auditorio de la Fac. de Jurisprudencia y CC. Sociales de la UES, era en celebración de «50 años de Poesía en El Salvador» y presentación oficial de una antología que por tal motivo le había sido encomendada a Roberto Cea. Chema Méndez, el viejo zorro del foro y notable humorista, era el Rector. Ahora bien, lo que le abrió más el oído a Claudia para haber atendido con atención mi lectura, fue que antes de que empezáramos a leer, Cea leyó parte o toda la presentación de su trabajo y en ella se expresó de manera no muy generosa con una cantidad de escritores que eran considerados como sagrados, generando malestar entre los presentes; sólo Claudia, Salarrué y la Generación Comprometida se salvaba! Para colmo, molesto conmigo porque yo había hecho una crítica no agradable sobre su obra «Náufrago Genuino» en un periódico intramuros universitario, expresando que de esa obra, que había ganado un accesit en el pasado Certamen de Cultura donde ganó Marco Antonio Flores con «Muros de Luz» y mi remate en esa crítica había sido que solo el título se salvaba por ser un verdadero naufragio en la poesía, pues Cea había preparado un show vengativo consistente en entregarme, luego de su perorata, un libro Mantilla frente a todo el auditorio… Cuando lo hizo provocó una risa unánime del grupo suyo que había llegado a ver el resultado de aquello. Y cuando después de que Claudia, Mercedes y Armijo leyeran, al llegar mi turno, antes de comenzar a leer dije: «Quiero agradecerle al poeta Roberto Cea, el libro Mantilla que acaba de regalarme… Es un libro que yo deseaba tener desde hace mucho tiempo… Ahora bien, él no me lo ha dado por enriquecer mi biblioteca, sino porque me considera un niño dentro de la poesía… Pero -rematé- ¿no creen ustedes que es preferible ser un niño en la poesía, que un menopáusico de la literatura?… El estallido de risas y aplausos fue atronador, incluidos Chema, Claudia y varios visitantes que estaban molestos por la dureza con que Cea había tratado a otros autores. Unos días después le llevé los poemas a Claudia, los publicó en la Revista Cultura e iniciamos una buena y larga amistad, hasta su muerte.

  10. *Marcos Antonio Menjivar : espero que haya recibido la dirección de correo electrónico que necesitaba.

    *Rafael Mendoza: gracias por tu interesante comentario que ha venido a enriquecer nuestro blog. Nos sentimos honrados de tener tus palabras en MÁS ALLÁ DE LOS 400 CERROS. Abrazos.

  11. Aquiles Teatro dijo:

    Mi nombre es Aquiles Hernández y quiero agradecerles, tanto a Manuel como a Erika y Oscar por escribir esas partes de nuestra historia que aveces la amnesia perenne que se vive en nuestro paisito parece atiborrar nos de olvidos y solo al re-leernos nos vuelve la nostalgia de aquellos tiempos que aveces parecen sacados de libros de cuentos pero que son la realidad de nuestra historia. Me gustaria escribirle a Manuel, por si se puede obtener su correo, pueden saber de mi en mi perfil de facebook aquilesteatro, por aquello del quién es este? un abrazo para todos

  12. Gracias Aquiles, por dejar tu comentario en nuestro blog. Nos alegramos que te haya gustado nuestra publicación.

    Nos comunicaremos con vos para darte información sobre el correo electrónico de Manuel.

    Saludos fraternos.

  13. Gurucito dijo:

    He leido parte de tu vida, de la cual en algunas epocas comparti, son el «gurucito» en Operacion Amor» y tu companiero de viaje al D.F. en octubre/noviembre 1971, cuando las madrugadas nos encontraba recorriendo la Calle Bucarelli y las noches convocando los espiritus con la «Huija» en casa de Roberto, y sobre esto último deseo hacerte una pregunta, que me sigue rebotando: ? te entrevistaste al fin con Maria Huipil, a la cita del 13 de enero de 1772, en el Cementerio Central?
    Un abrazo fraterno

    • Manuel Sorto dijo:

      Qué cuenta el Jaimísimo?

      Que buena onda tener noticias suyas.

      Y me agarraste un curva con la cita en el cementerio con María Soledad Nopil. Yo no me acordaba. Y no me acordé.
      O sea que la regué. No ha vuelto a aparecer.
      A María Salomé vi en México, y hace unos años me invitó a Figueras para una lectura.

      Y era en 1772?

      Supiste que Roberto murió, en el 2003?
      Esperando un hígado.
      Y no por chupar. No era su onda, si te acuerdas.
      Leíste Amuleto que habla de esa época en el DF?
      Leíste 2666?

      Saludame al Edgardo Novoa, y a las wifes de los dos.

      Como siempre y hasta siempre

  14. Julián Ignacio Otero dijo:

    Ver que estás vivo y bien me causa mucha alegría. Después de leer la entrevista me recordé del tiempo y las cosas tan raras que vivimos muchos. Tu mirada es igual que la que tenías cuando tuve el gusto de compartir un tiempo contigo. A ver si te acuerdas de mí, el loco Julián Otero… Un abrazo a la distancia.

  15. Manuel Sorto dijo:

    Cómo no acordarme. Hasta de aquella foto de Julieta realizando una pinta. Te acuerdas de tu historia de los pollitos? Por dónde andas de paso…

    • Julián Ignacio Otero dijo:

      Me establecí con todo y pollos en México. Vivo en Tamaulipas, a 15 minutos del Tío Sam, que por cierto te recuerda con cariño…me casé hace 30 años (sigo sin encontrar la salida de ese laberinto), mis hijos ya han crecido, soy «adulto mayor» oficialmente, he vivido bien y cuando recuerdo algunas cosas, como tu amistad y a mi hermana Julieta (+), no se porqué se me humedecen los ojos…debe ser conjuntivitis, porque también se ponen rojos.
      Te mando un abrazo bien cerrado y mucho cariño.

      • Manuel Sorto dijo:

        Julieta de los Espíritus…

        viste la peli de Fellini?

        Ese tipo de «conjuntivitis» puede ser también de tanto ver.
        Unas gotas de agua serenada le pueden caer bien a los ojos.

        Te re-envío el abrazo
        y te deseo la mejor de las suertes en el laberinto

  16. En Sensuntepeque quiero pasar mis vacaciones de invierno!!!. Gracias Meme por las fotos que publicaste de R Gongora con el grupo de la masacuata. Rigoberto era mi hermano mayor. Escribiremos mucho basados en la historia de Rigo y de los otros poetas que nos dejaron antes. Creo que tenemos material para uno o dos libros, no te parece? contestame!!!

    • Manuel Sorto dijo:

      Hola John

      Pues gusto de conocerte aunque solo sea de esta manera. A Rigoberto le gustaban los tamales que hacía mi mamá, por ahí aparece eso en un poema inédito.
      Y delen con lo de los libros !
      Me imagino que vives en algún país del norte ya que hablas de vacaciones de invierno. Si vas a Sensunte, subí al Cerro Grande.
      Saludos, y suerte!!!

      MS

  17. alfonso velis tobar dijo:

    iNTERESANTE IMAGEN Y HACIENDO UN PARENTESIS GENERACIONAL ME ALEGRA VER A MI HERMANO ALFONSO HERNADES FOTO QUE NO CONOCIA CON EL HERMANO MANUEL SORTO. GRACIAS YESTAREMOS CONSULTANDO ESTE BLOG MAS ALLA DE LOS 400 CERROS QUE ES MUY INTERESANTE, ILUSTRATIVA Y DIFUNDE CON ESPIRITU DE POESIA LA LITERATURA. SALUDOS Y LOS FELICITO.

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